Pasado el signo número 1 de Aries, entramos a los próximos 30 grados del Cìrculo Zodiacal para ubicarnos en Tauro.
Tauro es un signo de Tierra y es además, fijo.
De los cuatro elementos, la Tierra es el más denso, lento. Entonces, Tauro es el signo con mayor posibilidad para lo permanente, invariable e inmóvil. De ahí que se catalogue a los taurinos de testarudos cuando en realidad deberíamos entender que simplemente son lentos para cambiar de idea. Porque Tauro es básicamente lentitud, sedentarismo e inmovilidad. El pase de una pensamiento a otro, de una acción a otra implica un movimiento que pareciera en primera instancia oponerse a la esencia de Tauro. Tauro es materia y la materia es dura, tarda en cambiar y modificarse. Observemos el mundo de lo manifiesto y veremos que realizar cambios en este plano lleva tiempo.
Miremos ahora al animal: el Toro. Es todo materialidad, ocupe de espacio, densidad. Este cuadrúpedo se halla recostado sobre el césped, recibiendo los rayos del sol, mascando una y otra vez el pasto. Está cómodo, plácidamente durmiendo o simplemente recostado.
Y en efecto, el símbolo de Tauro nos recuerda todo aquello vinculado con el bienestar. El toro está relajado, disfrutando de la naturaleza que le rodea. Tauro es un signo vinculado con el placer (no en vano está regido por Venus). Sus cuatro estómagos y la lentitud en el procesar su alimento se corresponde con la lentitud de la tierra y los procesos específicos de ella que son lentos pero manifiestos. Aquí encontramos otro atributo: la paciencia. Tauro sabe que la naturaleza tiene procesos lentos y lo mejor es intentar disfrutar de ellos.
Y esta misma es la esencia del Toro: lo material y su manifestación en el mundo de lo concreto. En este sentido está vinculado no sólo con el placer y lo sensorial/sensual sino también con la supervivencia.
Por otro lado, si bien el Toro es lento en iniciar un movimiento, una vez que lo hace arrasa con todo. Y es que todo el elemento Tierra es arrastrado con él. Si Tauro es el centro fijo en que se apoya lo más denso y permanente de la su naturaleza elemental, al generar un movimiento tiembla todo con él.
Estos días nuestra conciencia (el Sol) está pasando por el signo del Tauro... y seguirá así durante aproximadamente un mes. Serán tiempos de pocas reflexiones, o de pensamientos lentos. Días para entregarnos o bien al placer o al trabajo (o por qué no, a un placentero trabajo) . Nuestro ser se conectará con lo material y con lo que hacemos en el mundo físico de lo manifiesto. Es el momento de vincularse con nuestro cuerpo y disfrutar de él. Gozar de la belleza que nos ha sido dada y hacer pulsar todo nuestro cuerpo con el Universo. Estamos vivos.
Tauro es un signo de Tierra y es además, fijo.
De los cuatro elementos, la Tierra es el más denso, lento. Entonces, Tauro es el signo con mayor posibilidad para lo permanente, invariable e inmóvil. De ahí que se catalogue a los taurinos de testarudos cuando en realidad deberíamos entender que simplemente son lentos para cambiar de idea. Porque Tauro es básicamente lentitud, sedentarismo e inmovilidad. El pase de una pensamiento a otro, de una acción a otra implica un movimiento que pareciera en primera instancia oponerse a la esencia de Tauro. Tauro es materia y la materia es dura, tarda en cambiar y modificarse. Observemos el mundo de lo manifiesto y veremos que realizar cambios en este plano lleva tiempo.
Miremos ahora al animal: el Toro. Es todo materialidad, ocupe de espacio, densidad. Este cuadrúpedo se halla recostado sobre el césped, recibiendo los rayos del sol, mascando una y otra vez el pasto. Está cómodo, plácidamente durmiendo o simplemente recostado.
Y en efecto, el símbolo de Tauro nos recuerda todo aquello vinculado con el bienestar. El toro está relajado, disfrutando de la naturaleza que le rodea. Tauro es un signo vinculado con el placer (no en vano está regido por Venus). Sus cuatro estómagos y la lentitud en el procesar su alimento se corresponde con la lentitud de la tierra y los procesos específicos de ella que son lentos pero manifiestos. Aquí encontramos otro atributo: la paciencia. Tauro sabe que la naturaleza tiene procesos lentos y lo mejor es intentar disfrutar de ellos.
Y esta misma es la esencia del Toro: lo material y su manifestación en el mundo de lo concreto. En este sentido está vinculado no sólo con el placer y lo sensorial/sensual sino también con la supervivencia.
Por otro lado, si bien el Toro es lento en iniciar un movimiento, una vez que lo hace arrasa con todo. Y es que todo el elemento Tierra es arrastrado con él. Si Tauro es el centro fijo en que se apoya lo más denso y permanente de la su naturaleza elemental, al generar un movimiento tiembla todo con él.
Estos días nuestra conciencia (el Sol) está pasando por el signo del Tauro... y seguirá así durante aproximadamente un mes. Serán tiempos de pocas reflexiones, o de pensamientos lentos. Días para entregarnos o bien al placer o al trabajo (o por qué no, a un placentero trabajo) . Nuestro ser se conectará con lo material y con lo que hacemos en el mundo físico de lo manifiesto. Es el momento de vincularse con nuestro cuerpo y disfrutar de él. Gozar de la belleza que nos ha sido dada y hacer pulsar todo nuestro cuerpo con el Universo. Estamos vivos.
+ a.l.e.j.o l.ó.p.e.z +
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