30 de mayo de 2010


Acerca del TAROT

El Tarot o “Taro” (acentuada en la última sílaba) como en realidad se denomina por ser una palabra francesa, es un antiquísimo oráculo en imágenes. Un legado de sabiduría arquetípica que data de los despertares de la humanidad.

22 Arcanos Mayores (21 numerados más Le Mat) y 56 Arcanos Menores conforman su estructura de 78 cartas. Como lenguaje sagrado cada arcano mayor representa un estadío o momento en el viaje de un héroe hacia la iniciación. Podríamos imaginar que Le Mat, conocido como “El Loco” encarna para aventurarse en el sendero iniciático.

La meta de esta travesía es el encuentro con lo celestial. El alma de este peregrino va evolucionando sobre los surcos de la dualidad. Luego de trascender el mundo como una personalidad debatida entre los rieles de la polaridad, alcanza la unión con el plano cósmico, el contacto y la vivencia de ser uno con la totalidad, la unidad, el samadhi.

Una consulta al Tarot siempre brinda una apreciación de sentido acerca de la realidad de interés del consultante. La secuencia de la tirada ofrece también una orientación y soluciones a los arquetipos o representaciones difíciles de elaborar.

El Tarot es un lenguaje óptico que requiere ser decodificado en la articulación del tarotista, el consultante, y las cartas dibujando tramos del recorrido. El vínculo de esta tríada y su lectura amplificada a la situación de destino actual del consultante, ofrecen una clave de comprensión y mirada trascendente. Cuando esta comunicación se realiza comienza a suceder un vínculo activo sagrado manifestándose en la voz del espíritu alumbrando al ser en el recorrido de su sendero en la dirección ascendente.

Los seres humanos pasamos por pruebas y desafíos para integrar nuestro ego y el designio cósmico del cual somos portadores. La sabiduría de los arcanos nos facilitan secretos y claves para descifrar el sentido esclarecedor, el tiempo y el espacio como escenario de los sucesos, y los arquetipos actuando en ellos.

El TAROT es considerado como el “toque del alma” para que la misma se una al vehiculo humano y luego lo porte como canal hacia lo celestial. El estado iniciático es posible en todos, los lenguajes como El Tarot, la Astrología, La Alquimia entre otros son medios de conocimiento, como así también son el orden de esta codificación que se refiere a la totalidad como principio único, sagrado y creador.


Melina Enrico *

13 de mayo de 2010

La maquina del destino...

¿Qué es el destino? ¿Y cómo es eso de que los astrológos creemos a una sola y única vez en él y en el libre albedrío?¿Conceptos opuestos o complementarios?


Si lo vemos desde una perspectiva más flexible y entendemos al destino como aquella búsqueda de nosotros mismos, ese futuro siempre en movimiento y cambiante, entramos en un aspecto del mismo novedoso y desafiante: el destino y el libre albedrío ni se complementan ni se excluyen sino que uno redefine al otro y viceversa como el cara y seca de una moneda.

Herman Hesse ha dicho que el destino de cada hombre es conocerse a sí mismo. El Destino es todo aquello que nosotros somos pero que todavía no podemos saberlo o adquirirlo como propio. La Máquina del destino es tan perfecta, tan milimétricamente exacta que consigue que el destino de unos se cruce con el de otros en el momento preciso para hacer que se empujen entre ellos a expandir e incorporar siempre más de su propio ser.

¿Por qué nos ocurre aquello que nos acontece? ¿Por qué nos encontramos en determinadas situaciones? Cuando vemos que los demás hicieron, sintieron o dijeron, y que fue lo externo quien nos trajo a la presente encrucijada dejamos de ser conscientes de que el hecho de que exista un destino para cada cual no nos exime de tomar las decisiones que sean necesarias para que aquel sea. No nos ocurren sucesos, nosotros les ocurrimos a ellos. PEro las posibilidades de manifestación de nuestra energía natal no son ni miles ni millones sino infintas y no alcanzarían todos los libros del mundo para describirlas. Y he aquí que podemos tomar decisiones o, al menos intentar hacerlo, de acuerdo a quienes somos, sin ver en el afuera elementos extraños sino elementos propios. Podemos trabajar por incorporar nuestra sombra. Siempre que creamos ser "esto o aquello" estaremos echando luz allí, en esas características nuestras de las que sí somos conscientes. Siempre que hagamos luz y la posemos sobre un cuerpo, generará sombra. Y no vemos la sombra porque en la oscuridad somos ciegos.

A cada paso, a cada minuto, cada hombre tiene la posibilidad de aceptar su destino con las elecciones que haga, la posibilidad de aceptar quén es. Si uno insiste en ser aquello que no es, el destino continuará posisionándolo en las mismas situaciones, siempre forzándolo a ejercer su energía natal. Y uno puede pelearse con esta maquinaria perfecta o, modestamente, aceptar. Aceptar que hay un destino requiere de mucha modestia. Las filosofías que erradicaron la idea del destino son las mismas que engrandecieron la idea de lo humano, desproporcionando nuestro lugar en un sistema tanto más vasto, mayor y abarcativo. El aceptar nuestro destino, paradójicamente, aporta libertad. Porque al cesar en el deseo de ser aquello que no somos, se genera una energía liberadora que puede ser recanalizada a decisiones y pasos creadores.

El destino nunca es pasado sino siempre futuro. Podemos, mirando al pasado, ver cómo se conjugaron las fuerzas astrales natales, entender las decisiones que hemos tomado de acuerdo a las contradicciones internas. Generalmente, cargamos con demasiados arquetipos que parecen contradictorios y no sabemos hacerlos andar al mismo ritmo y a la par. Al mirar ese pasado, y ver cómo nos posicionamos frente a estas luchas internas, al ver cómo se repiten estas situaciones(nunca iguales pero siempre similares) , podemos comenzar a comprender quiénes somos verdaderamente en esta búsqueda de consensuar opuestos. Y poco a poco, acercarlos para encontrar una forma de ser ambos a la vez. Pertenecer y diferenciarse, poseer y soltar, aceptar y renunciar, controlar y entregarse, y más y más...

Con el paso del tiempo, iremos aceptando nuestra sombra, descubriendo de qué somos capaces y de qué no, cuáles son nuestras virtudes y nuestras faltas. Acercando los opuestos que en realidad nos conforman como un único ser y no doble, triple o múltiple. Poco a poco, la maquina del destino se mostrará en su plenitud y sabremos comprenderla en su totalidad. Veremos entonces como cada situacion no pudo haber sido resuelta de otra manera, cómo cada decisión era necesaria para la conformación de nuestro completo ser.

+ a.l.e.j.o l.ó.p.e.z +

Imágenes: "Search Party" de limnides, "La rueda de la fortuna" de Acheon Tarot y "The search for the light" de Birni4