31 de diciembre de 2009

De principios y finales


Llega fin de año y cambiamos calendarios. Sumamos un 1 al 2009 y obtenermos 2010. Miramos atrás y pensamos proyectos para los doce meses que vendrán.

Pareciera que sumamos el tiempo por kilos, siempre en aumento, siempre en linea recta. O avanzamos y crecemos... o retrocedemos.

Me gusta que la Astrología plantea la comprensión del tiempo de forma circular. No es una linea siempre en ascenso sino que empieza a dar forma a algo, la desarrolla y cuando está en su cenit, en el momento de máxima plenitud, vuelve al origen, disolviéndola.

Vemos que partimos en Aries, un fuego, el deseo de ser, el deseo por el deseo mismo. Nos encontramos con la materia en Tauro. Luego, aprendemos a pensar un vínculo entre ellos gracias a Géminis y, finalmente, en Cáncer, le damos forma. En este signo, nace la Humanidad que va desarrollándose poco a poco para llevar su conciencia hasta Capricornio, el décimo signo. Aquí nos encontramos con la máxima madurez humana. El esquelo en el cuerpo humano, la ley y la tradición en el mundo de lo social. Capricornio contiene así a "toda la Humanidad".

Y entonces, cuando el camino debería cerrarse, el mandala astral hace un giro. No se sostiene o sigue hacia arriba sino que se direcciona hacia abajo. Llegamos a Acuario, y con este signo, vienen las revoluciones, los cambios imprevistos, la destrucción de todo lo que consideramos fijo, estable y ley. Quedan así "partes de Humanidad" y ya no el Ser Humano en el sentido alcanzado anteriormente. Sigue entonces la rueda en su curso y llegamos a Piscis, donde estas partes, diferentes entre sí pero todas necesarias, se disuelven en el confunso de mar de la igualitaria unidad.

Y aquí no acaba todo, porque la rueda vuelve a girar, nunca cesa en su curso, como es eterna también la órbita de los planetas, y el mar escupe una bola de fuego ardiente que desea por sobre todas las cosas ser. Es el mero deseo: Aries.

Y entonces comenzamos de nuevo...

Siempre en círculos
siempre de vuelta al principio
siempre encaminados hacia el final
siempre girando
siempre naciendo, desarrollándonos y disolviéndonos...

+ a.l.e.j.o l.o.p.e.z +

27 de diciembre de 2009

Saturno

Saturno es el séptimo planeta de la Pirámide Caldea y una puerta de estrecho paso hacia los planetas transpersonales (Neptuno, Urano y Plutón). Y es uno de los dos maestros astrológicos.

Decribamos esta imagen: un hombre con una hoz, un pequeño arbusto, un brazo que se alza en alto, la hoz que cae, ramas que se cortan, un pequeño manojo de hierbas ahora podadas. Saturno es el podador, y la silueta del hombre con la hoz lo ha confundido con la muerte. En verdad, podría serlo. Saturno es límite y la muerte, aquella última frontera ineludible para todos.

Vemos entonces a un hombre que sin propósito alguno, por el puro capricho, poda un arbusto. Si Saturno es límite, en este principio también se condensa el padre que prohibe a su hija salir de noche, el policía que multa a quien se excede de velocidad, la bailarina que se obligada a ensayar horas y horas. Golpes, choques, frustraciones, negaciones. Todo eso es Saturno.

Miremos entonces de nuevo la imagen. Periódicamente, este hombre se acerca al arbusto y lo poda. Cada vez, en su vegetal desemparo, el matorral se frusta mirando a los ábroles que crecen alto en derredor suyo. El tiempo pasa y, cuando echamos una vez más la mirada, no reconocemos nuestro pequeño matorral. El sabio sabe podar árboles para que crezcan vigoros y fuertes, bellos y fascinantes. Nuestro pequeño arbustito tiene ahora forma propia, flores brillantes y se alza erecto de manera bello. Era necesaria la poda para que creciera así.

Saturno entonces es además sostén, crecimiento, forma y estructura. He aquí la hija que crece sana y salva, los accidentes evitados, la bailarina que luego de golpes y caídas parece volar al bailar. El éxito por el esfuerzo, el trabajo y la constancia también es Saturno.

Todo tiene dos caras. Todo su contrapartida fácil y difícil. Saturno es un auténtico maestro. Nos enseña a brillar por quienes somos a partir de nuestros límites y no a pesar de ellos.

Este corto me lo envió Cristina, una amiga de Buenos Aires. Gracias a ella por hacer las veces de maestra:

http://www.youtube.com/watch?v=BUBPX28_mAE&feature=related

Espero lo disfruten.

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